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Para Francine |
que es amiga mía y lo ignora |
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Para Francine, ella. |
Para sus modelos y su retórica. |
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Para la lucha suicida |
de los que buscan a Gloria, |
los que siembran de noche |
fabricantes de pagodas. |
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En su gesto llevan su obra |
como Francine su alcoba |
escupen fuego sus ojos |
no lágrimas, no horizontes. |
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Pero algunos llevan grabados, |
fotografías hermosas |
tienen problemas curiosos |
de sus fusiles salen magnolias. |
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Y aquellos que nos evitan |
no pueden negar su sombra. |
Pincelado en el suelo |
su espíritu se desploma. |
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Francine |
muestra tus dientes |
no tu complejidad ignota. |
Saca a luz tus ciudades |
tus pequeñas mariposas. |
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Estos robots no evitan |
su metálica sombra |
sus saludos reflejos. |
El sonido de sus botas. |
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Corre hacia ellos Francine |
Hazlos creer que se asoman |
a la ventana del sentir |
mirando tus ojos caoba. |
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Mi secreto maniquí. |
Mi muñeca rota. |
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En cualquier lugar que estén |
serán la proyección de su sombra. |
Se visten con su tumba |
se acinturan con la muerte. |
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Como tú con la belleza |
Francine, te ocultas. |
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Nunca podrán generar |
esa luz que los ciega |
ni apagarla en un cantor |
ni comprarla a un poeta. |
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Escúchame Francine |
escúchame
no estes quieta. |
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