Diario Electrónico de Mejillones Fundado el 2 de noviembre del 2001 |
Domingo 11 d junio de 2017 |
Un poema de todos los tiempos...
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LA CHICA DEL HOTEL ROYAL
Aristóteles España
En el Hotel Royal amanece todos los días un
solitario sol/
y una mujer italiana marca YOUNG, con dos
pies en el ojo y una cruz italiana, sin duda;
a través de la cual llora y canta canciones sajonas;
Esa mujer canta en mi oído izquierdo
y la música me llega a través de 200 metros,
pues allí duerme una mujer extranjera,
con la cual jugamos ajedrez
los días martes,
y OH!
DE AMORES NO SE HABLA,
y llega la música al oído,
con fuerza,
y el HOTEL ROYAL, muy lejano,
se pinta de rojo,
rojo,
rojo!
y la mujer italiana me invita a volar
hacia ella;
y entonces, mi amiga extranjera
llora desesperadamente
y también se ilumina,
y nos trasladamos de Italia a Boston,
del Hotel Continental, a Mueca
/ y ella conmigo en el ala,
y su boca que era mía,
se transforma en avión y la mujer italiana,
y la mujer extranjera son queltehues ahora;
y en el HOTEL ROYAL aparece un poema
/iluminado
aparece también la música de la mujer italiana,
y son acordes casi celestiales:
la música llega a CHINA COMUNISTA,
a remotos PUEBLOS FASCISTAS?
Y el HOTEL ROYAL es una Pirámide,
es un avión Concorde con millones de mariposas,
es una Patria Colonial
con un seno chileno,
es la leche del mundo y la tempestad,
la mujer italiana
y el rojo rojo rojo!
de una Chica sin Hotel ni Orgamos,
con un extraño amor mecánico, como metáfora,
/ como cielo, con una proposición.
Este poema... Aquella vez me tocó leer después de Aristóteles España. Estábamos en un local de La Serena. Eran esos encuentros de escritores que se empezaron a organizar en los 80 y le hicieron tanto bien a los creadores nortinos. Encuentros en que se aprendieron a conocer... (y a odiar... pero eso pasó después y es otro cuento). Yo ya conocía a Aristóteles. A principios de la década del 2000 se apersonó en Mejillones, me hizo ubicar. Me dijo “vine a conocerte. Vine a invitarte a un vino y una empanada”. A mí me impresionó que un poeta tan importante como él pudiese saber de un tipo tan oscuro como yo. Pero lo que más me impresionó fue su evidente despego a todo ese tema de los egos, tan arraigado en nosotros, los poetas. Aquella vez me tocó leer después del Toti (como lo trataban los cercanos) y lamenté que hubiese sido así. Tomó su libro, lo abrió al azar y comenzó a leer. Fue magnético. En la sala inundada de humo de cigarro comenzó a delinearse con fuerza la imagen de la mujer que iba describiendo, con su voz potente, amena y evocadora. Bueno. De público pasé a lector. Manifesté la dificultad evidente de leer después del Toti (cómo cantar después de Sinatra). No obstante, mi poema recibió la atención y la aprobación del público y tuve una salida honrosa. Cuento corto, Aristóteles España murió un jueves 28 de junio del 2011, poquísmos años después. El problema para mí, Wilfredo Santoro Cerda, es que la chica del Hotel Royal sigue girando en mi mente cantada por el Toti como uno de los mejores poemas de todos los tiempos.
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