Diario Electrónico de Mejillones Fundado el 2 de noviembre del 2001 |
Sábado 23 de marzo del 2013 | Cultura |
Hito levantado por la Comisión Pissis - Mujia el año 1870 enPlaya Grande, Mejillones, para demarcar el Paralelo 23 yhacer válido el Tratado de Límites de 1866 entre Chile y Bolivia.Rescatemos el hito 23Cuando Mejillones era la frontera Wilfredo Santoro Cerda Hasta 1866 Chile la frontera norte de Chile era Mejillones. Ese año por un tratado limítrofe con Bolivia Chile retrocedió al paralelo 24 pero del paralelo 23 al 25 se creó una zona económica común para los impuestos del guano. Aún se mantiene altivo el hito construido por la Comisión Pissis - Mujia en 1870 para delimitar esa zona, que se definió como "de medianería". Tal hito es un verdadero monumento histórico que yace oculto y olvidado en el desierto norte de nuestra comuna. Cuando recién se liberaron las colonias españolas, dando paso a las nacientes repúblicas, el Desierto de Atacama no le interesó a nadie. Fue denominado el “descampado” o “despoblado” de Atacama y no produjo mayores fricciones. Perú se autolimitó al sur hasta el Río Loa, Chile mantuvo Copiapó como su avanzada norte, con alcance hasta Taltal y Bolivia funda Cobija, entre Perú y Chile. La acción altiplánica –desarrollada en 1825- fue visionaria. A fines de la década del 30 se descubre guano blanco en la Península de Mejillones. El empresario francés Domingo Latrille comienza su explotación, planteándose por primera vez el tema de los límites. Hasta el momento era “tierra de nadie”. Chile alegaba la pertenencia del “despoblado de Atacama” mientras que Bolivia reclamaba que su jurisdicción se prolongaba hasta Coquimbo. Lo cierto es que –basándose en mapas y leyes coloniales absolutamente verídicas- este territorio podía ser chileno, boliviano, peruano e incluso argentino!!! Ya que era tal la contradicción de estos documentos en 300 años de administración remota, que existían decretos reales para defender la posición más inverosímil. Fue en ese marco legal que Chile buscó normalizar la situación de límites. El año 1842 el presidente Manuel Bulnes promulgó una ley que declaró de propiedad chilena los guanos ubicados de Mejillones al sur, fijando de esta manera como límite el paralelo 23. Este paralelo queda unos pocos kilómetros al norte de Punta Angamos y –por la costa- poco antes de llegar a Chacaya, en Playa Grande. De esta manera Mejillones se convirtió en el límite norte de Chile. Esta decisión provocó serios diferendos entre Chile y Bolivia, lo que se agravaron en 1846. Tal año la goleta de guerra “Janaqueo” enarbola la bandera chilena en el islote de Punta Angamos. Esto genera una reacción boliviana que desplaza efectivos desde Cobija y toma preso a los empresarios, por explotar ilegalmente guano boliviano. Nuestro país reacciona enviando la fragata “Chile”, bajo el mando del comandante Simpson, quien libera a los guaneros y construye un fortín. Será esta estructura militar menor la que da el nombre a la playa “Punta Cuartel”. Cabe destacar que hasta ese año Mejillones técnicamente no existía como poblado. Existían campamentos nómades de guaneros que iban barriendo la costa de guano blanco, como sucedería más de un siglo después con el alga gracilaria (pelillo). El 23 de noviembre de 1857 –en la histórica corbeta Esmeralda- desembarca en Mejillones el equipo de peritos que definirán el lugar exacto del paralelo 23 donde se levantará el hito, que es construido por personal had hoc que transporta la gloriosa nave. De esto han transcurrido 155 años. Sólo cinco años después –en 1862- nacería Mejillones. En esa fecha el empresario chileno Juan López descubre un cuantioso yacimiento de guano rojo en el Morro de Mejillones. Esto obliga al nacimiento de un pueblo. GEMELOS Al igual que Roma, que tiene su origen en la leyenda de gemelos, Mejillones también nace de un parto doble. Un poblado en el sector denominado “Caleta Ño Robles” y otro en “El Rincón” (que se mantuvo con una ligera variación: “La Rinconada”). Ambos poblados nacieron por necesidad y gestión de la Sociedad de Guanos Torres López, Garday, que tienen un rol fundamental en el nacimiento de nuestra ciudad. Como se puede ver, Mejillones nació en territorio chileno, fundada por chilenos. Es decir, su origen es absolutamente chileno. Está refrendado por documentos del Gobierno chileno que el 24 de diciembre de 1862 traspasa las tres manzanas principales a la Sociedad de Guanos, para que den curso a sus labores y campamento. Pero el descubrimiento de López provoca trastornos internacionales. Bolivia nunca reconoce la ley chilena del límite en el paralelo 23 y continúa porfiando su extensión hasta Taltal... a pesar que no tiene gente ni siquiera para poblar Cobija. Tal animadversión se manifiesta el año 1863 en Oruro, cuando el Congreso se reúne para tratar el “caso Mejillones” considerando que la “apropiación” de dicho territorio por parte de Chile y de esta forma, la apropiación de sus riquezas guaníferas recientemente descubiertas ameritaban un permiso al Presidente para declararle la guerra a Chile, de fracasar las gestiones diplomáticas para la devolución de este puerto. COMO MEJILLONES PASÓ A BOLIVIA No hubo ni devolución de territorio ni declaración de guerra. Llegó al poder de Bolivia un presidente que hizo retroceder a Chile sin disparar una bala: Mariano Melgarejo. Este mandatario tiene la peor imagen en Bolivia. Es considerado tirano y “entreguista”. Pero hay que reconocer que su gestión diplomática con Chile fue impecable para su país. Consiguió lo que ningún boliviano ha podido hacer hasta ahora: tomar posesión de territorio que Chile reclamaba como suyo. Y lo hizo con algo de lo que también se ha manifestado escasa la diplomacia altiplánica: flexibilidad. En 1865 una poderosa flota española intenta reconquistar Perú. Chile reacciona generando también la respuesta de un vacilante Perú y logrando el apoyo de Ecuador.... todos contra España. Bolivia -que tenía una autorización de guerra contra Chile- poseía el único puerto del Pacífico donde la flota española podía reabastecerse: Cobija. Todo indicaba que lo más conveniente para Bolivia era apoyar a la potencia o –en su defecto- declararse neutro. No obstante, Melgarejo anunció a Lima que ellos ingresaban a la alianza contra España. Una vez terminado el conflicto, Chile apeló a un sentimiento americanista manifestándole a Melgarejo que tenía la voluntad de solucionar de la mejor forma todo el problema limítrofe, solamente salvaguardando la inversión realizada por sus hijos. Por lo tanto, ofrecía entregar soberanía desde el paralelo 23 al 24 – entregar Mejillones y la naciente Antofagasta- con la sola condición que las riquezas que allí se hallaban fuesen explotadas a medias. EL TRATADO DE 1866 Tal acuerdo se plasmó en un Tratado... el Tratado de 1866. Hasta ese año Mejillones fue chileno. Exactamente hasta el 13 de diciembre, fecha en que se promulga la ley que hace efectivo el Tratado de Límites, arriándose en Mejillones la bandera chilena e izándose la bandera boliviana. Antofagasta aún no existía... ni siquiera el nombre... nacería bajo sello altiplánico. El Tratado de 1866 establecía que la frontera entre Chile y Bolivia dejaba de ser Mejillones. Que la nueva frontera se corría al sur de Punta Jara, donde ese mismo año nacería la futura Antofagasta. Pero establecía la existencia de una zona común desde el paralelo 23 al 25 para el cobro de impuesto al guano, que se repartiría a medias para ambos países. Acorde con tal modalidad el Tratado se identificó como "de la medianería". Para hacer efectiva esta legislación se necesitaba dejar señalados los puntos. Para esto se conformó una comisión conformada por dos peritos: el francés Amado Pissis representando a Chile y el coronel boliviano Juan Mariano Mujia por su país. Estos hicieron levantar en 1870 tres sendas "pirámides" en cada uno de los paralelos. La de Mejillones aún luce majestuosa. Bien.... así aquella frontera norte inicialmente ubicada en Mejillones se correría a las proximidades de Punta Jara; posteriormente -al finalizar la guerra- se desplazaría a Tacna y en 1929 hasta la Línea de la Concordia, entre Arica y Tacna, donde aún se mantiene.
Vestigios de las instalaciones guaneras ubicadas en Playa Blanca. Al fondo se divisa Punta Cuartel.
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