Diario Electrónico de Mejillones Fundado el 2 de noviembre del 2001 |
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¿Estuvo Valentina Tereshkova en Mejillones?
Wilfredo Santoro Cerda
No sé porqué ese recreo subí a la tarima
que hacía de escenario en la Escuela 21. Tampoco sé por qué la Directora, señora
Julia -que conversaba allí con otros profesores- me señaló con el dedo y dijo
“tú”. Llevaba sólo días en el colegio ferroviario, porque era caletino y había
salido de sexto en la Escuela 26, de Fertilizantes.
Cuento corto, junto a una alumna de octavo que aún no
sé quien era nos subimos al vetusto automóvil de uno de los profesores, que nos
llevó a la Escuela de Hombres N° 19. Allí había varias personas importantes y
una chica de la Escuela de Niñas N° 20 que salía nos dijo “están regalando
cuadernos”.
Ingresé y vi que –efectivamente- dos hombres altos
detrás de un banco escolar tenían delante varios útiles. Cuando me dirigí a
ellos me abordó una mujer. Era rubia y tenía unos penetrantes ojos azules. Me
miró sin hablar y menos sonreír. Alargó dos cuadernos celestes con una carabela,
hizo un marcial gesto de asentimiento y estiró su mano dándome dos golpecitos en
la mejilla, a suerte de caricia. Era abril de 1972.
De vuelta a la Escuela 21 flotaba el rumor que yo había
ido al “Pueblo” a conocer a los cosmonautas rusos. Un mes después –en el diario
mural- salió una foto grande de Valentina Tereshkova. Decía que había estado en
Chile, que se había reunido con los mineros del cobre en Chuquicamata y que
había recibido la máxima distinción de la FACH en Cerro Moreno. “También estuvo
en Mejillones”, dijeron algunos. Entonces instantáneamente reconocí a la persona
que me había pasado los cuadernos y casi sin creerlo asumí que había saludado a
la primera mujer que salió al espacio sideral.
Hace unos días -16 de junio- se cumplieron 59 años
desde que Valentina realizó su proeza. No sólo representando a su nación, no
sólo por la humanidad, sino además por su género. La mujer mostrando su valía
incluso en el espacio exterior. Cuánto te admiro Valentina. Y aunque aún no
puedo comprobar si aquella caricia en la mejilla perteneció a una relacionadora
pública de los rusos o a la fabulosa cosmonauta, no puedo dejar de destacar a
esta gloriosa mujer que aún está con vida.
Valentina en Chile con los trabajadores del cobre