Diario Electrónico de Mejillones Fundado el 2 de noviembre del 2001 |
Graciosa oferta de las autoridades al empresariado ¿Usted contamina?... instálese en Mejillones!! Wilfredo Santoro Cerda En marzo de 1870 el francés Merciè A. Bresson, describió de esta forma la bahía de Mejillones: “No la hay más hermosa y más hospitalaria en toda la costa occidental de la América del Sur”. El testimonio quedó en el diario parisino "Le Tour du Monde" ¿Cómo diablos convertimos ese edén en un destino de toxicos? Es lo que nos proponemos abordar en esta nota. Esta generación, la que ahora está en el poder, recibió un Mejillones limpio. Un Mejillones con cardúmenes de anchoa que se varaban, jureles de más de medio metro que se pescaban en el muelle y aire terriblemente puro. Todavía algunos tienen el cinismo de recordarlo entre lágrimas, sin aceptar que ellos mismos vendieron ese Mejillones a la voracidad de las grandes empresas. La contaminación está ligada a la industrialización. No existe empresa que no sea contaminante. Quienes señalan una mentira de esa índole simplemente están recibiendo dinero de alguna empresa contaminante. Lo único que se hace es tratar de mantener esa contaminación en niveles tolerables para el medioambiente. Eso se logra mediante la promulgación de normas. TODO EMPEZÓ ASÍ Revisar el tema de la contaminación significa necesariamente hurgar en el pasado industrial. Cuando no existían normas porque todo estaba más limpio, fundamentalmente el aire y el mar. En Mejillones nos debemos remontar al año 1906, cuando se instaló el FCAB. Esta empresa trabajó hasta el año 1980 y su impacto se podría resumir en tres aspectos: el humo que arrojaba a la atmósfera su chimenea (principalmente dióxido de carbono), carboncillo ya consumido que arrojó directamente sobre el suelo, en sus dependencias y el arrastre de las alcantarillas, que arrojaba directamente al mar por una tubería denominada “botador”. Ninguno de estos tres procesos contaminantes tuvo un impacto gravitante en la población. También mencionaremos los elementos ecológicos que pudieron aportar estas empresas. En el caso del FCAB, hasta principios de los 70 mantuvo una planta desalinizadora, por lo cual las familias ferroviarias mejilloninas tuvieron un impensado beneficio: por décadas sus cuerpos no acumularon arsénico. La segunda gran empresa que funcionó en Mejillones fue la Sociedad Chilena de Fertilizantes, que laboró desde 1947 a 1978. Esta planta prácticamente no era contaminante, salvo por el arrastre de guano que podían respirar sus trabajadores. No tenía chimeneas y para bajar el producto ni siquiera usaban energía… lo hacían en unos carritos por gravedad. El peso del guano impulsaba a los carritos vacíos para subir el cerro. LA ERA DE LA CONTAMINACION El problema de la contaminación se desató en la década de los 60, con la instalación de la pesquera Guanaye. El año 1986 la industria pesquera llegó a su cenit y hubo tres pesquera. A la mencionada se sumaron Loa Ltda. y Punta Angamos. Aquí hubo dos impactos de gran magnitud: el primero, la contaminación atmosférica, las pesqueras tenían chimeneas bajas y en toda su línea de proceso liberaban un pestilente y penetrante olor a pescado podrido. El segundo impacto, seguramente el más grave, fue la liberación de desechos al mar. Estos constituían material orgánico en descomposición y frecuentemente, productos químicos utilizados para el lavado, como cloro y desgrasantes. Estos productos en descomposición restaban oxígeno a las aguas y mataban el hábitat natural. Así desaparecieron los bancos de ostiones y en fotos aéreas se podía apreciar el aura de muerte que tenía el mar alrededor de las pesqueras, donde hasta el agua cambiaba de color. Recuerdo dos manifestaciones de los años ochenta. Era imposible bañarse en las playas ubicadas desde el muelle fiscal a las empresas, porque las personas salían impregnadas en aceite de pescado. La segunda, el eterno concubinato entre las autoridades y los grandes empresarios. “OLOR A DOLARES” Por allá por el 82 y recién asumido como intendente de la Segunda Región el general Alfredo Calderón Campusano vino a Mejillones y se reunió con representantes locales en el salón de honor del viejo edificio municipal. En aquel entonces un profesor, Wilfredo Dorador, le planteó el tema de la contaminación de las pesqueras. Todas las personas miraron con molesta displicencia al profe, porque estaban relacionados laboralmente con las pesqueras y además, querían quedar bien con el general. El militar, con la prepotencia que caracterizaba a quienes cumplían roles tanto militares como civiles, respondió: “Ustedes debieran estar agradecidos de ese olor. Cuando en Iquique sale ese olor, la gente sale feliz a la calles y dice –olor a dólares-“. Inmediatamente se desplegó una cerrada ovación de aplausos de los asistentes mientras Dorador bajaba la cabeza. Actualmente, gracias a la depredación de los mares por parte de estas mismas pesqueras, el recurso se encuentra casi extinguido, por lo cual trabaja solamente una, que es Corpesca. Las restantes están prácticamente desmontadas, pero aún ocupan su lugar …por si aca…!!! El problema de la contaminación pesquera ha desaparecido, porque también se debe reconocer que la legislación se hizo más exigente y Corpesca ha manifestado su amplia voluntad de cumplirla. SITUACION ACTUAL Así como a las pesqueras le correspondió el dudoso honor de iniciar la contaminación a gran escala en Mejillones, de ninguna forma se debe desconocer el generoso aporte que en este sentido ha hecho Enaex, que fue la primera gran empresa en instalarse en Mejillones, después de la Guanaye. Si bien a principio fue una filial de Corfo, Enaex introdujo varios elementos que un contaminador debe manejar. Primero: cancelaciones y contrataciones por motivos políticos. Segundo: financiar proyectos comunitarios solamente a través de autoridades y Tercero: traer personal en buses desde otra ciudad. Con mano de acero, el ingeniero Rafael Visedo, administrador de Planta Mejillones ha logrado desplegar los proyectos de Enaex financiando cada iniciativa de las autoridades políticas y negando trabajo y relación directa a la comunidad mejillonina. Claro que a veces tal política se ha hecho demasiado evidente, como cuando el año 1998 fue descubierto y pasado a la justicia un señor Villalobos, representante del intendente César Castillo Lilayú, que firmaba permisos ambientales para Enaex y simultáneamente, recibía millonarios cheques por concepto de asesoría, a pesar que tal personero carecía de formación universitaria. AUTORIDADES COMPROMETIDAS Bajo el concepto de contratar gente de Antofagasta, jefaturas que residen en Antofagasta y trasladar personal en buses a Mejillones, las empresas contaminantes también tienen una única política externa hacia los mejilloninos. “las ayudas sólo se canalizan a través del municipio”. De esta manera estas empresas tienen “compradas” a las autoridades locales, quienes mediante este dinero empresarial, pueden financiar sus respectivas campañas políticas. Es así como para acceder a cualquier cosa en Mejillones, necesariamente se debe recurrir al municipio. A la inversa, ante cualquier eventual problema de contaminación, las autoridades naturalmente no tienen asidero moral para mantener a raya a sus “financistas”, por lo que su actitud es “…al diablo la contaminación”. Las autoridades de Mejillones han tenido una actitud de absoluto desprecio hacia el tema de la contaminación. Es un tema que al Concejo Municipal no le interesa. Es más, les molesta que se les plantee. Esa posición ha sido ha sido brillantemente ratificada por el presidente del concejo, el alcalde Marcelino Carvajal. Este, a fines del 90 predicaba que el mismísimo Papa Juan Pablo Segundo sostenía que “la calidad de vida no solamente tienen que ver con el aire que se respira, sino también del trabajo”. En buen chileno, si tenemos trabajo… al diablo la contaminación. Y lo dice el Papa. Ahora, la postura alcaldicia de Mejillones no es muy diferente. Nuestra autoridad ha manifestado molestísima por la radio local “Mejillones es la ciudad más monitoreada de Chile…”. Bien. Por Mejillones actualmente se moviliza a gran escala amoníaco, ácido nítrico y nitrato de amonio (Enaex), petcoke, (Edelnor); ácido sulfúrico (Puerto Mejillones e Interacid). Además es inminente la llegada del plomo y del combustible, ambos sacados mediante la justicia de Antofagasta por ..contaminantes!!!! También está anunciada una planta procesadora de cobre ligada a Codelco …y todos conocemos el reguero de contaminación que han dejado esas empresas en los lugares en que se han instalado. MEJILLONINOS NO SE HAN BENEFICIADOS El problema más grave es que esta entrega de Mejillones para la producción o tránsito de tóxicos no ha beneficiado a los mejilloninos. Por el momento, el mayor número de empleos los ha proveído Ultraport, operador de Puerto Angamos (también conocido como megapuerto) y se trata de trabajos ocasionales. El trabajador portuario no es más que un temporero con contrato por el día. En otras palabras, la toxificación de Mejillones no ha servido para que su gente tenga trabajos dignos. Es decir sueldo bases sobre 200 mil pesos con contrato indefinido. ¿Para que ha servido la contaminación de Mejillones?. Bueno, para que alguna gente viaje. Cada vez que una empresa contaminante se quiere instalar en Mejillones, presenta un proyecto de impacto ambiental. Luego se reúne con algunos representantes locales. El tenor siempre es el mismo “nuestra empresa no contamina!!” Si alguien no lo cree, más aún si es integrante del Concejo, inmediatamente plantean el desafío “tenemos una planta en tal lugar. Invitamos a quien dude a observarla!!!” . Es así como los desconfiados de siempre –previa selección del municipio- parten vía aérea hacia lejanos destinos. No sabemos que pasa allá, pero estos líderes vuelven complemente convencidos!!!. Es así también como nuestras autoridades han debido incluso viajar a Alemania para comprobar que Enaex se ciñe a las normas. Bueno. Ese el panorama de Mejillones: plomo, petcoke, acidos nítrico y sulfùrico, amoníaco, combustibles y una planta de tratamiento de minerales. Si recibimos un paraíso, estamos entregando un lugar lleno de tóxicos. Que algunos han hecho fortuna vendiendo Mejillones es un hecho. Si Bresson pasara de nuevo por esta pobre bahía seguramente su comentario sería: “No la hay con más contaminantes en toda la costa occidental de la América del Sur.
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