Diario Electrónico de Mejillones

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Cultura

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Galeón español encallado en Mejillones

El tesoro científico del San Martín

Wilfredo Santoro Cerda

La historia de un galeón español del siglo 18 que fue transición entre dos grandes corrientes de construcción naval y terminó varado en Mejillones apasiona a eruditos y profanos. La Universidad Sek desarrolló una prolija investigación.

Se trata del "San Martín", una embarcación que encalló en los terrenos destinados al megapuerto en 1759. Este galeón había salido desde Callao con dirección a España vía Cabo de Hornos. Como era habitual en su época, iba cargado de oro, plata y mercancía en general. Al llegar al sur de Chile presentó problemas que lo obligaron a devolverse a Valparaíso.

Tras una revisión se determinó que el "San Martín" debía ser reparado en Callao, por lo que en Valparaíso se transvasijó su carga. La embarcación hizo una escala en Coquimbo, donde se adquirió madera para los trabajos. Pero a la altura de Mejillones presentaba una vía de agua de tal magnitud que sencillamente fue varado por sus propios tripulantes.

Estos pormenores fueron determinados tras un largo trabajo científico, concluido en Mejillones el 22 de marzo del 2000.

El equipo fue encabezado por el arqueólogo español Pedro Pujante, director del Departamento de Investigación de la Universidad Internacional Sek, institución ibérica que tiene sede en Chile. Lo apoyaron los arqueólogos subacuáticos argentinos Javier García Cano y Mónica Patricia Valentini, el museólogo cubano Joseph Gómez Villar y la conservadora y restauradora chilena Fanny Canessa Vicencio.

"HIBRIDO"

Este trabajo científico tiene a lo menos dos particularidades. La primera es que el "San Martín" es una rareza, por tratarse de un "híbrido" entre dos grandes sistemas de construcción naval: el varenga-genol y el de cuadernas -o inglés-.

El segundo aspecto que lo hace especial es que se trata del primer estudio de estas dimensiones que se hace en nuestro país, en el campo de la arqueología subacuática. A pesar de nuestro extenso litoral, esa rama de la arqueología no se ha proyectado en Chile.

No deja se ser paradójico que todo este trabajo científico haya sido gatillado por la iniciativa de un "cazador de tesoros". Fue nuestro connacional Claudio Laverne quien en 1995 consiguió permisos habidos y por haber, obtuvo algunos auspicios y con antecedentes propios, se lanzó tras el tesoro del galeón español.

Pujante detalló que fue a causa de esos permisos que el Consejo de Monumentos Nacionales solicitó a la Universidad Sek la cobertura científica del "pecio", como se definen técnicamente los barcos naufragados.

Entre los aspectos asociados al trabajo científico en este proyecto, el español destacó dos: la formación de un equipo multidisciplinario internacional y el apoyo logrado del área privada.

El proyecto estuvo cargo de la Facultad de Estudios del Patrimonio Cultural de la Universidad de Sek, Chile y contó con la colaboración de la Fundación Albenga para el Estudio del Patrimonio Cultural Sumergido y las universidades de Buenos Aires, Nacional de Rosario y de Morón, todas argentinas.

El patrocinio fue de la Unesco, contando también con el auspicio de las empresas General Motors Chile, Grupo Ferrovial-Agroman, Codelco y Grupo Repsol YPF. Pujante las destaca porque "no es frecuente que los privados se interesen en apoyar trabajos científicos de estas características".

ARCHIVO DE INDIAS

Desde 1995 -primera ocasión en que se trabajó en Mejillones- debieron transcurrir cinco años para que el equipo científico retornara. Esta vez por 15 días. Durante todo ese tiempo, el trabajo se concentró en la búsqueda de documentación. Esta fue ubicada preferentemente en el Archivo General de Indias, pasando por los archivos de Madrid y Provincial de Guipuzcua.

Allí se determinó que se trataba del "San Martín", un navío perteneciente a un señor Lorenzo del Arco, que tras adquirirlo, decidió hacerles algunas modificaciones. Se le hundió en el primer viaje.

También los científicos lograron determinar que este desafortunado galeón español presentaba características de transición al sistema inglés muy tempranos para su época, por lo que en realidad tenían entre manos una suerte de "eslabón perdido" de la construcción naval. Esta condición -científicamente hablando- es el tesoro que no encontró Laverne.

Esta segunda fase de investigación en Mejillones tuvo por objeto comprobar la tesis de la transición, la que ya quedó definida. La última etapa será la reconstrucción tridimensional del "San Martín" con métodos informáticos.

De allí a la construcción de un modelo a escala real hay un paso, aunque esto último no es parte del proyecto Sek.