Diario Electrónico de Mejillones Fundado el 2 de noviembre del 2001 |
Domingo 7 de julio del 2013 |
Prácticas neoliberales La "satanización" de la licencia médica Wilfredo Santoro Cerda Desde hace años Chile vive un inexorable proceso de “satanización” de la licencia médica. Esto es promovido por los grandes grupos económicos, manipulado por los medios de comunicación y llega a la gran masa que no se da cuenta que de esta forma le están “birlando” la salud. Esta maniobra comenzó tímidamente hace algunos años, cuando se comenzó a contar las licencias que otorgaban lo médicos. Luego se dio paso a la difusión de aquellos médicos que otorgaban más licencias. Posteriormente se comenzó a buscar la fórmula para convertir en delito tal práctica... y la gente impasible.... La televisión -siempre atenta a quedar bien con los poderosos- siguió a la mala los pasos de la doctora Cordero para capturarla otorgando una licencia... terminando por farandulizar el tema. ¿Por qué es tan grave que un médico otorgue licencia médica? Yo creo que lo lógico es que un médico otorgue licencias médicas por lo menos al 90 por ciento de sus pacientes. La razón es más que lógica: por definición la persona que acude a un médico se halla enferma. Y toda persona enferma requiere al menos un día de reposo médico. ¿Cómo es posible que en Chile se desprestigie a los médicos por otorgar reposo médico? ¿A quien le conviene que los médicos no otorguen licencia médica? Por supuesto que no a los pobres enfermos. Le conviene a unos pocos, pero muy poderosos señores: a los dueños de las isapres, a los dueños de la AFP, a los empresarios.... a los que manejan a los políticos y a los que pagan los anuncios de la televisión y determinan su línea periodística. Es decir, a los que hacen las listas de los médicos que dan más licencia. Si nos ponemos una mano en el corazón, el mejor médico debiera ser aquel que tiende a otorgar el 100 por ciento de las licencias, mientras que el profesional que tiende a cero no debiera ser más que un sucio mercanchifle, que jamás sintió como propia la vocación de Hipócrates y menos de su juramento de abstenerse de toda acción abusiva con sus pacientes. HOSPITAL DE MEJILLONES Escribo esto porque me parece alarmante la falta de humanidad que parece adornar a los jóvenes médicos chilenos. Ya lo viví en el Hospital de Mejillones una vez, pero después de un año, la situación se repite en similares condiciones. Bien. El año pasado –en el citado centro asistencial- me atendió una joven profesional que hacía su última práctica. Yo iba con fiebre y decaimiento general, ocasionado por una amigdalitis aguda purulenta que ya se había convertido en faringitis. Cuando le expliqué que no había podido ir a trabajar porque me sentía muy mal ella inmediatamente señaló “Hizo mal, porque por eso yo no doy licencia”. Aunque no iba a pedir licencia le pregunté ¿Ud. cree que si tengo vómitos, escalofríos y fiebre debo ir a trabajar? Ella respondió... “Si tiene todo eso pida permiso. Puede pedir permiso por tres o cuatro días y hacer cama. No porque tenga fiebre o vómitos yo le voy a dar licencia. La gente puede ir a trabajar con fiebre o vómitos”. Me dio un antipirético y un antiinflamatorio. Nada más. En aquella ocasión estuve ocho días sin sueldo.... a pesar que cotizo hace 30 años y solo una vez, hace 20 años, tuve una licencia por 5 días. Fuera de compadecerme por sus futuros pacientes, pensé que se trataba de una situación personal. De haberme topado con una profesional que estaba enojada, que no estaba en su día... no sé... la encontré tan cruel que ni siquiera pensé en generalizar. MALAS HISTORIAS QUE SE REPITEN Pero ocurre que transcurrido un año... el trabajar de madrugada en plena pampa con temperaturas gélidas.... nuevamente me resiento de la misma forma... amigdalitis severa, faringitis, fiebre, vómitos, dolor en todo el cuerpo, como si me hubiesen apaleado!!! Y allí estoy de nuevo en el Hospital de Mejillones. Me atiende un médico joven: se apellida Vera. En Mejillones uno no consigue atención médica para el mismo día. Lo atienden al día siguiente. Pero tiene que sacar hora en la mañana, así que suele ocurrir que obtenga atención a los dos días de enfermarse. Eso me paso a mí. Cuando me atendieron ya llevaba dos días enfermos y obviamente... sin poder trabajar. Al decírselo el médico inmediatamente fijó su posición “Por política no damos licencia médica por resfríos fuertes”. Bien... la influenza A (H1N1) también es un resfrío fuerte.... y ya llevamos 11 muertos. Nuestro médico en Mejillones los mandaría trabajar. Cuando le señaló que yo trabajo de noche... el me da una respuesta abismante.... “yo también trabajo de noche... y trabajo 24 horas!!!!” Dándose cuenta de su propia soberbia, el médico trató de reaccionar, ponerse a la buena y decirme... “pero aproveche de hacer cama ahora que viene el fin de semana”. En mi labor los días que más se trabaja es el fin de semana.... “¡Mala suerte!” concluyó y me recetó los consabidos antipiréticos y antiinflamatorio. Tras aclararme que si volvía era por un “recontagio”.... no por una falla de diagnóstico ni porque me mandara a trabajar enfermo, dio por terminada la atención. Entonces comencé a comprender que no había sido accidente ese diálogo con la joven estudiante el año pasado. Que era la POSICIÓN OFICIAL de la nueva hornada de médicos chilenos. Que algo había pasado en su Juramento Hipocrático y su lealtad ya no estaba con el paciente, sino con las leyes del mercado, que le decían que no se debía dar licencias médicas, porque de esa forma se traspasaba innecesariamente dinero del primer al último quintil. Que los grupos económicos perdían dinero en favor de los pobres enfermos y que las empresas no podían disponer de toda su mano de obra. Si debiera resumir, el sistema público no otorga licencia por enfermedades que si obtienen licencia en el sistema privado. Estoy completamente seguro que esa licencia que mi amigo médico no le dio a un paciente del sistema público, si se la dará a un paciente de su consulta privada. De esa forma tendrá excelentes números para su desenvolvimientos personal ante Fonasa: un monstruo que no da licencia en la consulta pública y un piadoso y sensible galeno en su consulta privada. Finalmente nos quedamos con una realidad descarnada: en Chile los pobres no tienen derecho a reposo médico. Y lo que es peor, son aquellos seres juramentados a protegerlos –los médicos- quienes se constituyen en sus más despiadados verdugos. Que bueno sería que se hiciera público el número de licencias que otorgan los médicos en su consulta pública y en su consulta privada. Así sabríamos realmente donde están los buenos médicos. Que de hecho los hay y son mucho más de lo que la gente cree.
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